La Constitución Apostólica In Suprema, emanada el 19 de Abril de 1666 por el Papa Alejandro VII, fue la respuesta a una llamada de Claude Vaussin, Abad de Císter, como ayuda para abordar las divisiones de la Orden en el tema de la reforma. El Papa reconocía la necesidad de una reforma general e hizo una invitación a la Orden para reflexionar sobre el modo de ponerla en práctica.
Para que en adelante se viva bajo una Regla, en una caridad y con costumbres semejantes en todas partes, y para que todos los religiosos de ambos sexos de la Orden sepan en qué consiste la Estrecha Observancia, (excepción hecha de la abstinencia de carnes), hágase una breve y clara compilación y puesta en vigor, de todas las constituciones apostólicas y estatutos que no estén revocados por un uso en contrario o por alguna otra razón (…)